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¿Por qué el relato de Ka:rken está narrado en una lengua originaria?

En la Patagonia austral, los discursos hegemónicos sostienen que no hay indígenas y que los tehuelches “se extinguieron” varias décadas atrás. Sin embargo, en el año 2007, dos comunidades tehuelches —Camusu Aike y Kopolke— lograron que el Estado nacional las reconociera formalmente, y así tramitaron sus respectivas personerías jurídicas. El Estado reconoció, de este modo, no sólo que “no se extinguieron”, sino que en el presente hay personas que se autoadscriben como miembros de este pueblo originario. Les reconoció también la posesión de sus territorios comunitarios y algunas de sus demandas, como por ejemplo la de generar los mecanismos necesarios para que puedan conservar sus conocimientos y recrear sus prácticas culturales. Entre dichos conocimientos se encuentran tanto los relatos narrados por los mayores como la lengua en la que alguna vez fueron contados.

En la actualidad, la lengua aonek’o ’a’yen o tehuelche es hablada sólo por una anciana de ochenta y seis años que se llama Dora Manchado. Durante el transcurso del proyecto fallecieron otros tres ancianos de Camusu Aike que, al igual que ella, habían aprendido esta lengua en su infancia, en el contexto familiar: sus hermanas María y Josefa, y José Manco. Dora manifestó en reiteradas ocasiones su deseo de transmitir la lengua a las generaciones siguientes, particularmente a sus nietas. Esta inquietud también estaba presente entre los jóvenes y adultos, que en diferentes ocasiones revelaron sus expectativas respecto al futuro mediante la expresión “¡que la lengua no se pierda!”.

 

 

¿Cómo surgió Ka:rken?

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Un equipo de profesionales que desde hace varios años trabajamos con los tehuelches de la provincia de Santa Cruz escuchamos con atención las manifestaciones sobre la posibilidad de aprender la lengua de sus ancestros y, así, comenzamos a gestar un proyecto para revitalizarla o recuperarla. En el año 2011, el proyecto fue avalado por el Consejo Provincial de Educación (CPE) de la provincia y, mediante una resolución ministerial del Presidente de la institución, el profesor Roberto Borselli, el mismo se radicó en la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe (MEIB) que había sido creada un año antes.

Mientras elaborábamos los borradores del proyecto de la lengua, Martín Subirá —realizador cinematográfico que filmó varios documentales con los pueblos indígenas, incluidos los tehuelches— compartió en el 2009 los primeros bocetos de la animación Ka:rken con su compañera y socia Laura Gagliesi, con algunos miembros del pueblo tehuelche y con dos antropólogas. En el marco de este trabajo colaborativo, la Dra. Mariela Eva Rodríguez —que desde 1996 investiga los procesos de invisibilización de los tehuelches en la Patagonia austral y los de reorganización comunitaria— elaboró el texto del libro que contextualiza y acompaña la animación. Por su parte, la Lic. Marcela Alaniz —que desde el 2007 investiga y gestiona políticas públicas vinculadas a los derechos de los pueblos originarios y que desde su creación, en el 2010, coordina la MEIB— organizó las actividades pedagógicas con referentes indígenas, con docentes del ámbito educativo y con estudiantes del profesorado. Los contenidos lingüísticos, por último, fueron supervisados por la Dra. Ana Fernández Garay, que comenzó a investigar la gramática tehuelche en 1983 convirtiéndose con los años en la única experta en esta materia.

 

 

¿Por qué Ka:rken es un proyecto importante?

Ka:rken constituye un disparador único para motivar no sólo el aprendizaje de los niños tehuelches y no tehuelches, sino también de los adolescentes y de los adultos, por las siguientes razones:

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Primero, Ka:rken es un material adecuado para la revitalización de la lengua tehuelche porque es un producto audiovisual y textual que cuenta con la participación de expertos reconocidos en sus respectivas áreas (lingüistas, antropólogos, historiadores, educadores y artistas) y se ancla en proyectos colectivos gestados por los miembros de las comunidades  indígenas, vinculados con el fortalecimiento de los sentidos de pertenencia.

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Segundo, Ka:rken contribuye a la tarea de los miembros del pueblo tehuelche de hilvanar fragmentos y retazos para reconstruir su propia historia. Asimismo, la posibilidad de que los niños, los jóvenes y los adultos puedan identificarse con sus padres y abuelos indígenas implica un cambio radical, ya que favorece la transmisión intergeneracional, las prácticas de crianza, socialización y pedagogía propias de los tehuelches y el pasaje desde una posición de vergüenza y ocultamiento a otra de orgullo y dignidad.

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Tercero, Ka:rken aporta de un modo sintético y ameno información sobre los tehuelches valorada por las nuevas generaciones de las comunidades, como por ejemplo: sobre las imbricaciones entre naturaleza y cultura, sobre el territorio y el paisaje, sobre los ciclos estacionales y la distribución de los animales y plantas, sobre los códigos sociales y normativos, sobre cosmogonía y cosmovisión, entre otros.

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Cuarto, Ka:rken permite reflexionar sobre las consecuencias negativas que acarrea referir a las narrativas indígenas como “leyendas” —en lugar de cosmovisión, conocimiento, filosofía, religión entre otros nombre posibles.

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Quinto, Ka:rken coloca en perspectiva histórica la narrativa de origen del invierno junto a otros relatos registrados desde fines del siglo XIX. De este modo, la posibilidad de comparar distintas versiones estimula la reflexión crítica sobre los procesos sociohistóricos, socioeconómicos y sociopolíticos en los que participan tanto los funcionarios públicos como los científicos. Este contexto incluye tres etapas: (a) la de incorporación forzada de los indígenas al Estado nacional tras la llamada Conquista del Desierto (1879-1885), (b) los proyectos estatales de asimilación de la década de sesenta del siglo XX a través del traslado de los indígenas a los centros urbanos y (c) la situación presente enmarcada en el reconocimiento de su preexistencia a los Estados y de reorganización comunitaria. De este reconocimiento derivan los derechos que les corresponden por ser pueblos indígenas —que fueron plasmados en normativas internacionales, nacionales y provinciales— y, a su vez, el reconocimiento de tales derechos, abre el camino para la reparación histórica por las injusticias cometidas en el pasado.

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Sexto, Ka:rken informa sobre las trayectorias de vida de dos mujeres: Kamsker, que narró este y otros relatos en los años sesenta, y Dora Manchado, que colaboró en la traducción al castellano de los mismos e incentiva actualmente el proyecto de revitalización de la lengua. Por lo tanto, este conjunto de materiales provee herramientas para reflexionar sobre el presupuesto de la “extinción”, sobre la génesis de estas ideas y sus consecuencias en el presente. Así, allana el camino para que los tehuelches dejen de ser meros fantasmas del pasado y sean considerados como sujetos con derechos particulares y trayectorias de vida singulares.

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En síntesis  Ka:rken no es un proyecto anclado exclusivamente en la revitalización de una lengua indígena considerada “extinta” o “en vías de extinción”, sino que es un proyecto de mayor alcance. Es, ante todo, una herramienta para motivar la reflexión de toda la sociedad y, fundamentalmente, de aquellos que participan en el ámbito de la educación formal. Es decir, este proyecto —conformado por una animación y un libro que la contextualiza— posibilita reflexionar sobre el presente así como sobre el pasado, sobre las relaciones interétnicas, y sobre las consecuencias de los procesos de colonización. Permite indagar sobre el valor de la diversidad, difundir los derechos de los pueblos indígenas, desentramar los procesos de autoidentificación y motivar la reconstrucción de las trayectorias familiares, analizar el rol de la ciencia así como la génesis y reproducción de prejuicios y actitudes discriminatorias, incorporar el arte como medio de expresión y de generación de redes sociales, y propulsar formas de comunicación construidas a partir de diálogos entre saberes, tal como postula la interculturalidad.

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